Investigadores del Johns Hopkins han desarrollado una microcápsula molecular a base de azúcar que elimina la toxicidad de un agente anticanceroso desarrollado hace una década en el Johns Hopkins, denominado 3-bromopiruvato, o 3BrPA, en estudios de ratones con implantes de tejido de cáncer de páncreas humano. El fármaco encapsulado fue un potente anticancerígeno que detuvo la progresión de los tumores en los ratones, pero sin los efectos tóxicos habituales.
"Desarrollamos el 3BrPA para atacar un rasgo característico de las células cancerosas: su mayor dependencia de la glucosa en comparación con las células normales. Pero el fármaco no encapsulado es tóxico para los tejidos sanos y se inactiva al circular por la sangre, por lo que encontrar una forma de encapsular el fármaco y proteger los tejidos normales amplía sus posibilidades en muchos tipos de cáncer, ya que se dirige a las células tumorales", afirma el Dr. Jean-Francois Geschwind, jefe de la División de Radiología Intervencionista de Johns Hopkins Medicine.
El equipo de la Johns Hopkins utilizó una microcáscara hecha de un polímero a base de azúcar llamado ciclodextrina para proteger las moléculas del fármaco 3BrPA de una desintegración prematura y para proteger el tejido sano de los efectos tóxicos del fármaco, como la pérdida de peso, la hipotermia y el shock hipoglucémico letal.
Geschwind, profesor del Departamento Russell H. Morgan de Radiología y Ciencias Radiológicas de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y de su Centro Oncológico Kimmel, y otras personas de Johns Hopkins llevan más de una década estudiando el fármaco experimental como tratamiento contra el cáncer por su capacidad para bloquear una vía metabólica clave de las células cancerosas mediante la microcápsula a base de azúcar.
La mayoría de las células cancerosas, explica, dependen de la glucosa para desarrollarse, un proceso conocido como efecto Warburg, en honor a Otto Heinrich Warburg, Premio Nobel de Fisiología por su descubrimiento en 1931. Utilizando los mismos canales celulares que canalizan la glucosa hacia la célula cancerosa, el 3BrPA puede viajar al interior de ésta y bloquear su vía metabólica, explica Geschwind.
Sin embargo, los estudios en animales han demostrado que en su estado libre, no encapsulado, el fármaco es muy tóxico, afirma Geschwind.
La toxicidad asociada a la versión libre del fármaco, afirma, ha impedido a los médicos utilizarlo como tratamiento sistémico en las personas, que puede viajar por todo el cuerpo.
En un informe sobre su estudio publicado en línea el 17 de octubre en Clinical Cancer Research, los investigadores describieron una progresión tumoral mínima o nula en ratones tratados con el 3BrPA microencapsulado. Por el contrario, una señal de actividad tumoral se multiplicó por sesenta en los ratones tratados con el fármaco quimioterapéutico gemcitabina, ampliamente utilizado. La actividad se multiplicó por 140 en los ratones que recibieron el fármaco sin encapsular.
En concreto, las inyecciones diarias de 3BrPA no encapsulado resultaron muy tóxicas para los animales, ya que sólo el 28% de ellos sobrevivió al tratamiento de 28 días. Todos los ratones que recibieron el fármaco encapsulado sobrevivieron hasta el final del estudio.
Geschwind afirma que los "resultados extremadamente prometedores" del estudio hacen del fármaco encapsulado en microcápsulas a base de azúcar un buen candidato para ensayos clínicos, sobre todo para pacientes con adenocarcinoma ductal pancreático. Este tipo de cáncer es la cuarta causa de muerte por cáncer en el mundo, con una tasa de supervivencia a cinco años inferior al 5%. En los estudios con ratones, el medicamento encapsulado también redujo la propagación metastásica de las células cancerosas de páncreas.
Fecha: 18 de diciembre de 2014
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