No es ningún secreto que los precios de los medicamentos están subiendo, pero ¿hasta qué punto se explica el aumento de los costes por la aparición de fármacos nuevos y mejores? Según un estudio de la Universidad de Pittsburgh, los nuevos fármacos que entran en el mercado hacen subir los precios, pero las farmacéuticas también aumentan los precios de los medicamentos más antiguos.
El trabajo, publicado en el número de enero de Health Affairs, muestra que en el caso de los medicamentos especializados y genéricos, la entrada de nuevos productos explicó la mayor parte del aumento de los costes, mientras que en el caso de los medicamentos de marca, los productos existentes explicaron la mayor parte del incremento de los costes.
"Tiene sentido pagar más por los nuevos medicamentos porque a veces los nuevos fármacos son más eficaces, más seguros o tratan una nueva enfermedad para la que no existía tratamiento. A veces los nuevos fármacos sí aportan más valor", afirma la autora principal, la doctora Inmaculada Hernández, profesora adjunta de la Facultad de Farmacia de Pitt. "Pero los elevados incrementos interanuales de los costes de los productos existentes no reflejan la mejora del valor".
Los investigadores examinaron el precio de lista de decenas de miles de códigos de medicamentos de una base de datos nacional entre 2005 y 2016 y las reclamaciones de farmacia del Plan de Salud UPMC durante el mismo periodo de tiempo. Los medicamentos se consideraron "nuevos" durante los tres primeros años en que estuvieron disponibles o, en el caso de los genéricos, los tres primeros años tras la expiración de la patente.
Lo que vieron fue que cada año el precio de los medicamentos orales de marca aumentaba alrededor de un 9% -casi cinco veces la tasa de inflación general durante el mismo periodo- y el precio de los inyectables de marca aumentaba un 15%. En ambos casos, el aumento de los precios se debió sobre todo a los medicamentos existentes.
Por ejemplo, el precio de lista de la insulina Lantus de Sanofi aumentó un 49% en 2014. Lantus llevaba en el mercado más de una década.
"Estos tipos de insulina existen desde hace tiempo", dijo Hernández. "Mientras que la patente original de Lantus expiró en 2015, docenas de patentes secundarias impiden la competencia, y es esta falta de competencia la que permite a los fabricantes seguir aumentando los precios mucho más rápido que la inflación."
Los medicamentos especializados también experimentaron fuertes subidas de precios -un 21% los orales y un 13% los inyectables-, pero en este caso fueron los nuevos fármacos los que elevaron el coste. Asimismo, los genéricos subieron un 4% y un 7%.
"Tiene sentido pagar más por los nuevos medicamentos porque a veces los nuevos fármacos son más eficaces, más seguros o tratan una nueva enfermedad para la que no existía tratamiento. A veces los nuevos fármacos sí aportan más valor", afirma la autora principal, la doctora Inmaculada Hernández, profesora adjunta de la Facultad de Farmacia de Pitt. "Pero los elevados incrementos interanuales de los costes de los productos existentes no reflejan la mejora del valor".
Los investigadores examinaron el precio de lista de decenas de miles de códigos de medicamentos de una base de datos nacional entre 2005 y 2016 y las reclamaciones de farmacia del Plan de Salud UPMC durante el mismo periodo de tiempo. Los medicamentos se consideraron "nuevos" durante los tres primeros años en que estuvieron disponibles o, en el caso de los genéricos, los tres primeros años tras la expiración de la patente.
Lo que vieron fue que cada año el precio de los medicamentos orales de marca aumentaba alrededor de un 9% -casi cinco veces la tasa de inflación general durante el mismo periodo- y el precio de los inyectables de marca aumentaba un 15%. En ambos casos, el aumento de los precios se debió sobre todo a los medicamentos existentes.
Por ejemplo, el precio de lista de la insulina Lantus de Sanofi aumentó un 49% en 2014. Lantus llevaba en el mercado más de una década.
"Estos tipos de insulina existen desde hace tiempo", dijo Hernández. "Mientras que la patente original de Lantus expiró en 2015, docenas de patentes secundarias impiden la competencia, y es esta falta de competencia la que permite a los fabricantes seguir aumentando los precios mucho más rápido que la inflación."
Los medicamentos especializados también experimentaron fuertes subidas de precios -un 21% los orales y un 13% los inyectables-, pero en este caso fueron los nuevos fármacos los que elevaron el coste. Asimismo, los genéricos subieron un 4% y un 7%.
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