daño renal

Altas dosis de vancomicina aumentan el riesgo de daño renal en niños

 Los resultados de un pequeño estudio del Johns Hopkins Children's Center muestran que los niños hospitalizados a los que se administran infusiones intravenosas de altas dosis del antibiótico vancomicina para tratar infecciones bacterianas farmacorresistentes se enfrentan a un mayor riesgo de daño renal, una complicación a menudo reversible pero a veces grave.

 Los hallazgos, publicados en la revista Annals of Pharmacotherapy, ponen de relieve la importancia de prescribir la medicación con precaución, afirman los investigadores, y también subrayan la necesidad de nuevos fármacos más seguros para tratar las infecciones resistentes.

 "Nuestros resultados confirman el difícil equilibrio entre garantizar que la dosis sea lo suficientemente alta como para tratar con éxito estas infecciones graves y, en ocasiones, potencialmente mortales, y el riesgo pequeño pero real de daño renal", afirmó el investigador principal del estudio Carlton Lee, Pharm.D., M.P.H., farmacéutico clínico pediátrico y profesor asociado de pediatría en el Centro Infantil Johns Hopkins. "En última instancia, lo que realmente necesitamos son nuevos fármacos que logren el mismo efecto terapéutico sin pasar factura a los riñones y otros órganos".

 La vancomicina, señalan los investigadores, es un fármaco reservado para el tratamiento de infecciones bacterianas que no responden a otros medicamentos, y se ha utilizado con seguridad durante décadas. Pero la propagación de bacterias resistentes a los fármacos, como el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM), dio lugar a nuevas directrices de dosificación en 2009, que exigen el tratamiento con dosis más altas del fármaco cuando se sospecha una infección resistente. Aunque las nuevas directrices sobre dosis altas se redactaron pensando en los pacientes adultos, muchos hospitales pediátricos han aplicado el enfoque de dosis altas al tratamiento de los niños para asegurarse de que el fármaco alcanza niveles suficientemente altos en la sangre como para eliminar con éxito los gérmenes resistentes y evitar las graves complicaciones asociadas a estas bacterias perniciosas. Los investigadores también subrayan que este antibiótico de 30 años de antigüedad puede ser un salvavidas para muchos pacientes con enfermedades bacterianas graves y que el daño renal suele ser reversible cuando se interrumpe el tratamiento.

 El estudio de Johns Hopkins, basado en el análisis de las historias clínicas de 175 niños tratados con vancomicina en Johns Hopkins entre 2009 y 2010, descubrió que 14% desarrollaron daños renales.

 Resulta revelador, según Lee, que cuanto mayor es la dosis, mayor es el riesgo, ya que cada aumento de 5 miligramos por kilogramo incrementa el riesgo de insuficiencia renal en 16%. En otras palabras, un niño de 20 kilos que reciba 1.600 miligramos de vancomicina al día tiene un riesgo 16% mayor de sufrir daños renales que un niño de la misma edad y peso que reciba 1.200 miligramos diarios del fármaco. Los investigadores hallaron que otros factores de riesgo eran la prolongación del tratamiento (cada día adicional de tratamiento aumentaba el riesgo en 11%) y el uso simultáneo de otros fármacos que pueden afectar a los riñones. Los niños que recibieron más de uno de estos medicamentos mostraron un riesgo cinco veces mayor de sufrir daños renales. La duración media del tratamiento con vancomicina fue de ocho días entre los niños que sufrieron lesiones renales, frente a cuatro días entre los que no las sufrieron. La dosis media diaria entre los niños que desarrollaron daño renal fue 10 miligramos por kilogramo superior a la dosis media diaria entre los niños que no desarrollaron daño renal.

 Los investigadores señalan que a cada niño que recibía vancomicina se le realizaban análisis de sangre periódicos para medir la tasa de filtración renal, una prueba del funcionamiento de los riñones y de la rapidez con que pueden filtrar la sangre. Los niños que recibían el fármaco eran tratados por infecciones invasivas y graves de la piel, los huesos, el corazón, los pulmones y el cerebro; o por infecciones del torrente sanguíneo causadas por SARM.

 A pesar del reducido número de pacientes implicados en el estudio, los investigadores afirman que creen que sus resultados son aplicables a los pacientes de los hospitales pediátricos de todo el país, lo que pone de relieve la urgente necesidad de desarrollar terapias más nuevas y seguras para las infecciones bacterianas resistentes a los fármacos en niños, algo que el Centro Infantil Johns Hopkins está persiguiendo activamente en varios ensayos clínicos.

 "Los resultados de nuestro estudio destacan la necesidad de ensayos que proporcionen a los expertos pediátricos las pruebas necesarias para tomar decisiones informadas sobre el tratamiento y la dosificación, que se basen en datos sólidos en niños y no en la extrapolación de pacientes adultos", dijo la autora principal del estudio Elizabeth Sinclair, Pharm.D., especialista en farmacia clínica pediátrica del Texas Children's Hospital que realizó la investigación mientras se formaba en el Johns Hopkins.

 Los investigadores señalan que la administración de dosis altas de vancomicina intravenosa debe decidirse teniendo en cuenta el estado general de salud del niño y el uso de otros medicamentos. En cualquier caso, señalan, el tratamiento con vancomicina debe incluir un control cuidadoso y frecuente de la función renal en los pacientes que reciban dosis elevadas.

Fuente: Johns Hopkins

Fecha: 22 de diciembre de 2014

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