La gravedad de la enfermedad suele deberse a la intensidad de la respuesta inmunitaria, más que al virus en sí. Según Juliet Morrison, de la Universidad de Washington en Seattle, reducir esa respuesta, en lugar de atacar al virus, podría ser una forma mejor de reducir la gravedad. Ella y sus colaboradores han dado el primer paso para conseguirlo en el caso de la gripe H7N9, y su trabajo ya ha permitido identificar seis posibles terapias para esta cepa tan virulenta. La investigación se publica en la revista Journal of Virology.
"Nos propusimos caracterizar la respuesta al virus H7N9, causante de enfermedades graves, y compararla con las respuestas provocadas por otros virus gripales graves en un modelo de infección en ratones", explica Morrison. Ese trabajo consistió en determinar qué genes se activan con esta infección.
"Hemos descubierto que los virus que causan enfermedades graves, como el H7N9 y el infame virus de 1918, desencadenan firmas de expresión génica que son diferentes de las firmas observadas en infecciones más leves", afirmó Michael Katze, coautor y colega de la Universidad de Washington, en cuyo laboratorio se realizó el trabajo. "Y lo que es más importante, podemos aprovechar estas firmas para descubrir fármacos antivirales", añadió.
A continuación, los investigadores utilizaron un enfoque computacional para identificar posibles fármacos terapéuticos. Buscaron en bases de datos que contenían perfiles de expresión génica de células humanas cultivadas que habían sido tratadas con distintos fármacos, con el fin de encontrar aquellos que fueran lo contrario de los perfiles de expresión inducidos por el virus de la gripe H7N9, y anotaron los fármacos que lo conseguían, dijo Morrison. Estos fármacos podrían amortiguar la respuesta nociva del huésped.
"Seis de estos fármacos están aprobados por la FDA y podrían reutilizarse como terapias contra la gripe H7N9", afirmó Morrison. "Creo que la biología computacional representa una nueva y apasionante forma de estudiar los virus y descubrir fármacos para combatirlos".
Y eso, dijo, es lo que la atrajo a unirse al laboratorio de Katze.
La gripe aviar H7N9, que apareció en febrero de 2013, ha provocado en los infectados una enfermedad extrema que recuerda a la pandemia de gripe de 1918, la más mortífera de la que se tiene constancia. Los datos sugieren que estas gripes graves se asocian a un aumento de la transcripción de genes de citoquinas inflamatorias y a una reducción de la transcripción de genes del metabolismo lipídico y la coagulación, según el artículo. Un estudio más profundo de estos fenómenos permitirá comprender mejor la gripe grave y podría ayudar a los investigadores a identificar posibles terapias destinadas a frenar la respuesta.
En esta investigación participaron investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Fecha: 21 de julio de 2014
Fuente: Sociedad Americana de Microbiología
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