Ilustración médica en 3D de intestinos humanos brillando con luz interna.

Exploración de la microbiota intestinal en pacientes con colitis ulcerosa y depresión: Un estudio piloto

La colitis ulcerosa (CU) es una enfermedad intestinal inflamatoria crónica que provoca inflamación y úlceras en el colon y el recto, y cuyas causas exactas aún no están claras. En los últimos años, la incidencia de la CU no ha dejado de aumentar en Asia, y en China la prevalencia anual se ha elevado a 11,6 casos por cada 100.000 habitantes.  

El creciente interés por el modelo biopsicosocial de enfoque del tratamiento desarrollado durante las dos últimas décadas ha puesto de relieve el importante papel que desempeña la salud mental en la CU. Las investigaciones muestran una fuerte relación entre los brotes de CU y los trastornos psicológicos, y la depresión afecta a entre 29% y 35% de los pacientes. Entre los pacientes con CU recurrente, 60% sufren depresión, lo que no sólo aumenta el riesgo de recaída, sino que empeora su calidad de vida. 

Vinculación de los cambios en la microbiota intestinal con la depresión en pacientes con colitis ulcerosa 

Los pacientes con CU suelen presentar cambios en el equilibrio de las bacterias de su intestino, lo que se conoce como microbiota intestinal. Las investigaciones demuestran que la CU está estrechamente relacionada con alteraciones de estas bacterias intestinales. La microbiota intestinal desempeña un papel importante en el sistema inmunitario del tubo digestivo.  

Los estudios han demostrado que las zonas con mayor inflamación en el intestino de los pacientes con CU son también las que presentan una mayor concentración de bacterias. Esto se explica probablemente por la respuesta de nuestro sistema inmunitario dentro de la mucosa intestinal que se produce cuando se altera el equilibrio entre las especies bacterianas dominantes y los microorganismos adicionales o patológicos.  

Investigaciones recientes demuestran que la microbiota intestinal no sólo favorece la salud digestiva, sino que también desempeña un papel clave en la conexión entre el intestino y el cerebro, conocida como eje microbiota-intestino-cerebro (MGBA). Esta conexión influye en el funcionamiento del cerebro e incluso en el comportamiento. Normalmente, el intestino actúa como barrera para impedir que las bacterias nocivas entren en el torrente sanguíneo y afecten a los sistemas inmunitario y nervioso. 

Sin embargo, en las personas con enfermedades inflamatorias intestinales como la CU, esta barrera se debilita, permitiendo que las sustancias nocivas se propaguen por el organismo. Esto puede provocar un aumento de la inflamación y el estrés tanto en el cerebro como en el cuerpo, lo que podría desencadenar una depresión. Algunas de las sustancias químicas producidas por las bacterias intestinales pueden afectar directamente al funcionamiento de nuestro sistema nervioso, lo que vincula aún más la salud intestinal con el bienestar mental. 

Investigación sobre la microbiota específica vinculada a la depresión 

En un estudio realizado en Shanghái (China) de marzo de 2017 a febrero de 2018, los investigadores investigaron el vínculo entre la depresión y la colitis ulcerosa, con el objetivo de identificar microorganismos específicos que puedan contribuir al desarrollo de la depresión en pacientes con CU.  

Se examinó y estudió a pacientes diagnosticados de colitis ulcerosa comparando sus características clínicas, incluida la recurrencia de la diarrea, el dolor abdominal, la urgencia y otras manifestaciones extraintestinales, con las de un grupo de control sano. También se evaluaron las características endoscópicas. 

Había 3 grupos de estudio: CU con depresión, CU sin depresión y control sano. Se recogieron muestras fecales para extraer ADN genómico bacteriano. Cada muestra se analizó mediante un método denominado PCR, que ayuda a identificar bacterias específicas. Se utilizaron cebadores especiales para identificar determinadas partes del ADN bacteriano. 

El estudio incluyó a 31 pacientes en cada uno de los tres grupos:  

  • Personas con colitis ulcerosa (CU) y depresión 
  • Personas con CU pero sin depresión 
  • Grupo de control sano.  

Todos los grupos eran similares en cuanto a edad, duración de la enfermedad y tipo de CU. Sin embargo, los pacientes con CU y depresión presentaban síntomas de CU más graves en comparación con los que no tenían depresión. En concreto, 45% de los pacientes con CU y depresión experimentaron síntomas graves, mientras que sólo 13% de los pacientes con CU sola tuvieron síntomas tan graves. 

Análisis de bacterias intestinales  

El análisis de la microbiota de cada grupo arrojó conclusiones generales positivas. De las 93 muestras fecales analizadas, el grupo de control sano presentaba los niveles más altos de microorganismos y la mayor variedad. En cambio, el grupo con colitis ulcerosa y depresión presentaba los niveles y la variedad de microorganismos más bajos.  

Los investigadores no sólo analizaron el número de microorganismos, sino también su diversidad en distintas categorías, como reinos, clases, familias, géneros y especies. Descubrieron que no sólo había una reducción en el número de microorganismos en el grupo de CU con depresión, sino que también había un descenso notable en la variedad de especies presentes. Este grupo presentaba la menor diversidad en cuanto a la variedad de microorganismos en comparación con los demás grupos. 

Conclusiones  

Los investigadores descubrieron diferencias significativas en la intensidad de la enfermedad al comparar los tres grupos. Descubrieron que la cantidad y variedad de bacterias intestinales diferían entre el grupo de control sano, el grupo con colitis ulcerosa (CU) pero sin depresión y el grupo con CU y depresión.  

En general, los pacientes con CU tenían menos bacterias intestinales y menos diversas que los individuos sanos. En concreto, los pacientes con CU tenían niveles más altos de Firmicutes y más bajos de Bacteroidetes en comparación con los controles sanos. Además, el grupo con CU y depresión presentaba desequilibrios aún más graves en sus bacterias intestinales. 

Aunque este estudio tuvo resultados positivos y alentadores en cuanto a la asociación de la colitis ulcerosa y la depresión, hay que reconocer algunas desventajas, como el reducido número de pacientes que se estudiaron. Por ello, si padece colitis ulcerosa y lucha contra la depresión, participar en ensayos clínicos podría ser una valiosa oportunidad para ayudar a avanzar en nuestra comprensión de estas afecciones. Su participación puede contribuir a una investigación pionera destinada a mejorar los tratamientos y los resultados para otras personas que se enfrentan a retos similares. 

Contáctese con nosotros

    Los comentarios están cerrados.