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Cómo afecta la dieta al tratamiento de la enfermedad de Crohn: Conclusiones de estudios médicos recientes

La enfermedad de Crohn es una enfermedad inflamatoria crónica del tracto gastrointestinal que puede provocar daños intestinales progresivos y discapacidad1. Afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque la medicación y la cirugía son tratamientos habituales, la dieta desempeña un papel crucial en el control de los síntomas y la mejora de la calidad de vida de quienes padecen la enfermedad. Estudios médicos recientes han proporcionado valiosos conocimientos sobre cómo las elecciones dietéticas pueden influir en la evolución de la enfermedad de Crohn. 

Comprender la enfermedad de Crohn

La enfermedad de Crohn es un tipo de enfermedad inflamatoria intestinal (EII) que puede afectar a cualquier parte del tracto gastrointestinal, pero lo más frecuente es que impactos el final del intestino delgado y el principio del colon2. Los síntomas incluyen dolor abdominal, diarrea, pérdida de peso y fatiga. Se desconoce la causa exacta de la enfermedad de Crohn, pero se cree que implica una combinación de factores genéticos, ambientales y del sistema inmunitario3. 

El papel de la dieta en el tratamiento de la enfermedad de Crohn

La gestión de la dieta es clave componente del tratamiento de la enfermedad de Crohn. Aunque no existe una dieta única para todos los enfermos de Crohn, se ha demostrado que determinados patrones dietéticos y alimentos específicos ayudan a controlar los síntomas y favorecen la salud intestinal. 

Dietas antiinflamatorias

Estudios recientes sugieren que las dietas antiinflamatorias pueden ayudar a reducir los síntomas de los pacientes con enfermedad de Crohn. Estas dietas hacen hincapié en alimentos integrales, no procesados y ricos en antioxidantes y ácidos grasos omega-3, como frutas, verduras, frutos secos, semillas y pescados grasos. La dieta mediterránea, conocida por sus propiedades antiinflamatorias, se ha destacado especialmente por sus posibles beneficios en la reducción de la inflamación intestinal. 

 

Según un estudio publicado en *Gut*, el seguimiento de una dieta antiinflamatoria reduce la actividad de la enfermedad y mejora la calidad de vida de los pacientes de Crohn. Esta dieta, centrada en grasas saludables, proteínas magras y alimentos ricos en fibra, favorece la salud intestinal y reduce la inflamación sistémica, lo que es crucial para tratar la enfermedad de Crohn. 

Dieta de carbohidratos específicos (SCD)

La Dieta Específica en Hidratos de Carbono (DCE) está diseñada para eliminar los hidratos de carbono complejos, que pueden ser difíciles de digerir y exacerbar los síntomas en algunos pacientes de Crohn. En su lugar, la SCD se centra en los carbohidratos simples que se encuentran en frutas, verduras, miel y ciertos productos lácteos. En un estudio publicado en el *Journal of Clinical Gastroenterology* se observó que el cumplimiento de la SCD conllevaba una mejora significativa de los síntomas y los marcadores inflamatorios en niños con enfermedad de Crohn. 

 

La SCD limita alimentos como los cereales, los azúcares y los alimentos procesados, que se cree que contribuyen a la disbiosis intestinal y la inflamación. Al simplificar la ingesta de carbohidratos, la dieta pretende restablecer el equilibrio de las bacterias intestinales y reducir la inflamación, proporcionando alivio de los síntomas de la enfermedad de Crohn. 

Nutrición enteral exclusiva (NEE)

La nutrición enteral exclusiva (NEE) consiste en consumir una fórmula líquida como única fuente de nutrición durante un periodo determinado, normalmente de 6 a 8 semanas. Se ha demostrado que este enfoque induce eficazmente la remisión en pacientes pediátricos con enfermedad de Crohn. Se cree que la EEN actúa reduciendo la inflamación intestinal y proporcionando un descanso de los posibles desencadenantes dietéticos. Según un estudio publicado en *Alimentary Pharmacology & Therapeutics*, la EEN fue tan eficaz como los corticosteroides para inducir la remisión en niños, con menos efectos secundarios. 

 

La EEN es especialmente beneficiosa para los niños, ya que favorece el crecimiento y las necesidades nutricionales al tiempo que controla los síntomas de la enfermedad. La fórmula proporciona todos los nutrientes esenciales en una forma fácilmente digerible, permitiendo que el intestino se cure y reduciendo la inflamación. 

Dieta baja en FODMAP

La dieta baja en FODMAP, desarrollada originalmente para tratar el síndrome del intestino irritable (SII), también ha demostrado ser prometedora para los pacientes con enfermedad de Crohn con síntomas de SII superpuestos. Los FODMAP son hidratos de carbono de cadena corta que se absorben mal en el intestino delgado. Reducir la ingesta de alimentos ricos en FODMAP, como ciertas frutas, verduras y productos lácteos, puede ayudar a aliviar síntomas gastrointestinales como la hinchazón y los gases. Un estudio publicado por la AGA (Asociación Americana de Gastroenterología) descubrió que una dieta baja en FODMAP reducía significativamente los síntomas en pacientes con enfermedad de Crohn quiescente. 

 

Al identificar y limitar los carbohidratos específicos que desencadenan los síntomas, la dieta baja en FODMAP ayuda a controlar la hinchazón, los gases y la diarrea, proporcionando alivio a muchos pacientes de Crohn. 

Consejos prácticos para controlar la enfermedad de Crohn con la dieta

  1. Lleve un diario de alimentos: Llevar un registro de lo que come y de sus síntomas puede ayudarle a identificar los posibles desencadenantes y patrones alimentarios que pueden empeorar los síntomas. Al tomar nota de los alimentos que provocan los brotes, puede tomar decisiones dietéticas más informadas.
  2. Manténgase hidratado: La deshidratación puede exacerbar los síntomas, especialmente la diarrea. Bebe mucha agua a lo largo del día para mantener la hidratación y favorecer la salud general.
  3. Alimentos ricos en nutrientes: Dé prioridad a los alimentos que aporten vitaminas y minerales esenciales, ya que la enfermedad de Crohn puede alterar la absorción de nutrientes. Son especialmente importantes los alimentos ricos en hierro, calcio, vitamina D y vitaminas del grupo B.
  4. Comidas pequeñas y frecuentes: Comer comidas más pequeñas y frecuentes puede ser más fácil para el sistema digestivo y ayudar a controlar los síntomas. Las comidas copiosas pueden saturar el sistema digestivo y desencadenar brotes.
  5. Consulte a un dietista: Trabajar con un dietista especializado en EII puede ayudar a crear un plan de alimentación personalizado que satisfaga sus necesidades nutricionales y controle los síntomas de forma eficaz. Un dietista puede orientarte sobre la elección de alimentos, el tamaño de las raciones y la planificación de las comidas.

Conclusión

Aunque la medicación y los tratamientos médicos siguen siendo esenciales para controlar la enfermedad de Crohn, la dieta desempeña un papel importante en el control de los síntomas y la mejora de la salud general. Al comprender cómo influyen los distintos patrones dietéticos y alimentos específicos en la enfermedad de Crohn, los pacientes pueden tomar decisiones informadas que apoyen su tratamiento y mejoren su calidad de vida. Como siempre, es importante colaborar con los profesionales sanitarios para desarrollar un plan de tratamiento integral adaptado a las necesidades y preferencias individuales. 

 

Estudios médicos recientes subrayan la importancia de la dieta en el tratamiento de la enfermedad de Crohn y ofrecen esperanza y estrategias prácticas a quienes padecen esta dolencia crónica. Al adoptar cambios en la dieta y centrarse en alimentos integrales y ricos en nutrientes, las personas con enfermedad de Crohn pueden tomar medidas proactivas para mejorar su salud y controlar los síntomas. 

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