Un nuevo estudio revela que el carvedilol, un fármaco utilizado habitualmente para tratar la hipertensión, puede proteger contra el daño celular inducido por el sol que conduce al cáncer de piel. Los investigadores descubrieron por casualidad las propiedades anticancerígenas del betabloqueante tras cometer un error en el laboratorio.
Sherry Liang, estudiante de posgrado de la Facultad de Farmacia de la Western University of Health Sciences, presentará los nuevos hallazgos en la reunión anual de la Sociedad Americana de Farmacología y Terapéutica Experimental durante el encuentro Experimental Biology 2017, que se celebrará del 22 al 26 de abril en Chicago.
"Lo que empezó como un error experimental dio lugar a un descubrimiento científico muy interesante", afirmó la doctora Ying Huang, codirectora del equipo de investigación junto con el doctor Bradley T. Andresen. "Nuestra investigación podría conducir al desarrollo de una clase de nuevos agentes preventivos del cáncer".
Las propiedades anticancerígenas del carvedilol se descubrieron cuando un antiguo estudiante de postgrado del laboratorio de Huang estudiaba si el carvedilol y otros betabloqueantes similares podían aumentar el riesgo de cáncer. Sin darse cuenta, el estudiante probó el efecto anticancerígeno del carvedilol en lugar de su capacidad para promover el cáncer, y descubrió que, sorprendentemente, el carvedilol mostraba algunos efectos protectores contra el cáncer de piel.
A continuación, los investigadores realizaron experimentos con cultivos celulares y ratones para comprobar si el carvedilol podía prevenir el cáncer de piel causado por los rayos ultravioleta B (UVB), la porción de luz solar que tiende a dañar las capas epidérmicas superiores de la piel y desempeña un papel clave en el desarrollo del cáncer de piel.
Los investigadores descubrieron que el carvedilol mostraba un efecto protector en células de piel de ratón cultivadas expuestas a UVB y en ratones sin pelo a los que se administraba el fármaco tras la exposición a UVB. Los experimentos demostraron que el carvedilol actuaba protegiendo a las células contra los daños en el ADN causantes de cáncer y la muerte celular producida por los UVB. Los ratones sin pelo expuestos a los UVB y a los que se administró carvedilol mostraron una disminución tanto de la gravedad como del número de tumores que se desarrollaron en comparación con los que no recibieron carvedilol. Los estudios con ratones también demostraron que el carvedilol retrasaba la formación de tumores cutáneos más que los protectores solares.
Los investigadores también descubrieron que no todos los betabloqueantes presentan propiedades preventivas del cáncer, lo que indica que los betabloqueantes anticancerígenos probablemente actúan sobre moléculas aún no identificadas. "Tenemos datos preliminares que indican que las dianas celulares del carvedilol no están relacionadas con los receptores beta-adrenérgicos, que son las dianas comúnmente aceptadas para todos los betabloqueantes", afirma Andresen. "Probablemente se dirigen a mecanismos inesperados implicados en el desarrollo del cáncer".
Los investigadores pretenden incorporar carvedilol u otros betabloqueantes similares a una crema o spray cutáneo que, con suerte, podría utilizarse para prevenir el cáncer de piel derivado de la exposición a la luz UV. El tratamiento actuaría sobre la piel sin afectar a la presión arterial ni a la frecuencia cardiaca, que suelen verse alteradas por los betabloqueantes. La comprensión de los mecanismos de acción del carvedilol también podría permitir a los científicos diseñar tratamientos completamente nuevos dirigidos a estos mecanismos sin introducir efectos cardiovasculares.
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