Una investigación dirigida por la Universidad de Adelaida está allanando el camino hacia fármacos más seguros y eficaces para tratar la diabetes de tipo 2, reduciendo los efectos secundarios y la necesidad de inyecciones de insulina.
Dos estudios, publicados en la Revista de Química Médica y BBA - asignaturas generaleshan mostrado por primera vez cómo interactúan los nuevos fármacos antidiabéticos potenciales con su diana en el organismo a nivel molecular.
Acerca de los fármacos antidiabéticos
Los fármacos antidiabéticos son medicamentos desarrollados para estabilizar y controlar los niveles de glucosa en sangre de las personas con diabetes. Los antidiabéticos se suelen utilizar para controlar la diabetes.
Existen distintos tipos de fármacos antidiabéticos:
- Insulina
- Pramlintida (Amylin)
- Agonistas de los receptores de GLP-1 (como Byetta y Victoza)
- Hipoglucemiantes orales (comprimidos)
Sobre la investigación de fármacos antidiabéticos
Estos nuevos fármacos potenciales tienen una acción completamente distinta a la del antidiabético más recetado, la metformina, que actúa en el hígado para reducir la producción de glucosa, y son potencialmente más eficaces para reducir el azúcar en sangre. Se dirigen a un receptor proteínico conocido como PPARgamma que se encuentra en el tejido adiposo de todo el cuerpo, activándolo total o parcialmente para reducir el azúcar en sangre al aumentar la sensibilidad a la insulina y cambiar el metabolismo de la grasa y el azúcar.
"La diabetes de tipo dos se caracteriza por la resistencia a la insulina, con la consiguiente subida de azúcar en sangre, que conduce a enfermedades graves. Suele estar asociada a factores relacionados con un estilo de vida inadecuado, como la dieta y la falta de ejercicio", explica el investigador principal. Dr. John Bruningcon la Facultad de Ciencias Biológicas y el Instituto de Fotónica y Sensores Avanzados de la Universidad.
"La prevalencia de la diabetes de tipo 2 sólo en Australia se ha triplicado con creces desde 1990, con un coste estimado de $6 mil millones al año. Por eso es cada vez más importante desarrollar terapias seguras y eficaces. "Las personas con diabetes grave necesitan insulina, pero inyectársela puede resultar problemático y es difícil conseguir los niveles adecuados. Sería muy deseable que dejaran de inyectarse insulina y utilizaran tratamientos orales".
El primer estudio, en colaboración con el Instituto de Investigación Scripps de Florida (EE.UU.), describe un proyecto de investigación de Rebecca Frkic en el que se produjeron 14 versiones distintas de un fármaco que activa parcialmente PPARgamma. La activación parcial puede tener menos efectos secundarios que la activación completa.
El fármaco original, INT131, se está probando actualmente en ensayos clínicos en EE.UU., pero algunas de las versiones producidas en la Universidad de Adelaida tienen mayor potencia que el original, con el potencial de mejorar aún más el tratamiento de la diabetes tipo 2. "Uno de los principales hallazgos de este estudio ha sido poder demostrar qué regiones del fármaco son las más importantes para interactuar con el receptor PPARgamma", explica el Dr. Bruning. "Esto significa que ahora disponemos de información para diseñar fármacos modificados que funcionarán de forma aún más eficaz".
En el segundo estudio, realizado en colaboración con la Universidad Flinders, se utilizó la cristalografía de rayos X para demostrar por primera vez exactamente cómo un posible nuevo fármaco, la rivoglitazona, se une al receptor PPARgamma. La rivoglitazona activa por completo el PPARgamma, pero tiene menos efectos secundarios que otros con este modo de acción.
"Mostrar cómo interactúa este compuesto con su diana es un paso clave para poder diseñar nuevas terapias con mayor eficacia y menos efectos secundarios", afirma el autor principal, el Dr. Rajapaksha, de la Facultad de Medicina de la Universidad Flinders (ahora en la Universidad La Trobe). "La falta de información estructural dificultaba la determinación de los mecanismos precisos implicados".